Quema de madera y gas natural: cómo afectan a la contaminación atmosférica

Según datos recientes del Gobierno británico, la combustión de madera en los hogares produce más partículas contaminantes que el tráfico rodado.¹. En todo el país, más de 1,5 millones de personas utilizan la leña como principal fuente de calor, y su popularidad va en aumento. La combustión de leña afecta enormemente a la calidad del aire, tanto interior como exterior.Sin embargo, ni un solo municipio del Reino Unido con una zona de control de humos ha impuesto una multa por contaminación por humo en los últimos cinco años.¹. Ambos problemas parecen ser continuos y no estar regulados, afectando a todos y cada uno de nosotros y al aire que respiramos. Siga leyendo para descubrir cómo la combustión de leña y la calefacción de gas natural contribuyen a la contaminación atmosférica y cómo depende de nosotros protegernos.

Los peligros de la combustión de madera

Cuando se utiliza leña para calentar una vivienda, se liberan partículas (PM, también conocidas como partículas finas). Debido a su pequeño tamaño, se sabe que las PM pueden entrar en el organismo a través del sistema respiratorio -cuando son respiradas por los pulmones- y circular rápidamentey circulan con rapidez y eficacia hasta llegar al torrente sanguíneo, desde donde son transportadas con facilidad al corazón, el cerebro y otros órganos. Se sabe que las PM causan efectos negativos en la salud y una muerte prematura. Más información sobre los peligros de las PM aquí.

Según una estadística nacional de febrero de 2023, la popularidad de la quema de madera se está disparando, y un estudio reciente ha demostrado un asombroso aumento de sus efectos sobre la calidad del aire entre 2011 y 2021. Las emisiones de PM2,5, por ejemplo, aumentaron la friolera de un 124% durante este período de tiempo, constituyendo el 21% de las emisiones totales de PM2,5 en 2021.³. Lo que resulta especialmente preocupante es que sólo el 8% de los hogares dispone de estufas de leña, según una encuesta realizada en 50.000 hogares.

Además, tanto el tipo de madera utilizada como la forma en que encendemos el fuego pueden influir significativamente en la cantidad de contaminación producida. La leña seca produce la cuarta parte de contaminación que la leña húmeda.¹. Como hemos aprendido con el escándalo Dieselgate, la cantidad de contaminación atmosférica suele ser mucho más significativa en el mundo real que en las pruebas oficiales.

Los peligros del gas natural

Tomando como ejemplo Estados Unidos el 96% del gas natural se utiliza para calefacción². El gas natural, aunque generalmente se considera una forma de energía "segura", puede tener graves efectos negativos para la salud. Los aparatos de gas natural dejan escapar contaminantes peligrosos como el benceno y el metano, incluso cuando el aparato está apagado. Las fugas de gas natural más importantes pueden tener los siguientes efectos:

• Una relación gas-aire del 25-30% puede provocar zumbidos en los oídos, euforia y cambios de comportamiento.
• Una relación gas-aire del 50% puede incapacitar a una persona tras unas pocas respiraciones e imposibilitar su auto-rescate
• Una relación gas-aire del 75% incapacitará inmediatamente a una persona y morirá en cuestión de minutos.⁴

Al igual que ocurre con muchos inquilinos de todo el mundo, la mayoría de los inquilinos estadounidenses no pueden elegir los tipos de electrodomésticos de sus viviendas de alquiler, lo que significa que su calefacción casi siempre se basa en combustibles fósiles, especialmente en las viviendas de renta baja. Esto ha llevado a coaliciones de inquilinos estadounidenses a controlar y analizar la calidad de su aire interior. Un inquilino se sorprendió al comprobar que el nivel de dióxido de nitrógeno (NO2) aconsejado por la Agencia de Protección del Medio Ambiente por una hora de exposición en su cocina: 220 partes por billón (ppb⁾²¡! Esto ha animado a muchos inquilinos estadounidenses a buscar formas alternativas de cocinar y calentar sus hogares, y La ciudad de Nueva York aprobó en 2021 una ley que prohíbe el uso de gas natural en todas las nuevas construcciones. A partir de 2024, los edificios de más de 7 plantas serán totalmente eléctricos. Según un estudio reciente, el 12,7% de los casos de asma infantil en EE.UU. se deben a la exposición a cocinas de ^gas2..

Pero el gas natural no sólo es peligroso en caso de fuga. Aunque las emisiones producidas por el gas natural son menores que las del carbón o el petróleo (entre un 50% y un 60% menos cuando se produce en una central eléctrica nueva), no son sólo las emisiones liberadas por las chimeneas y los tubos de escape las que deben preocuparnos. En primer lugar, la extracción y el transporte de gas natural producen fugas de metano, un gas 34 veces más potente que el CO2 en un periodo de 100 años. Además, cuando el gas natural se quema en vehículos o para cocinar y/o calentar en los hogares, la cantidad de metano que se escapa debe mantenerse por debajo del 1-1,6% -normalmente se escapa entre el 1-9% de metano- para que tenga menos impacto en el calentamiento global que el gasóleo y la gasolina. No olvidemos que el gas natural es un combustible fósil, y tiene un gran potencial para contribuir al cambio climático⁵.

¿Cómo podemos protegernos?

Cambiar a combustibles menos contaminantes para cocinar y calentarse es, con mucho, la mejor opción. Las estufas y calefactores eléctricos no producen ningún tipo de contaminación por partículas. Si no puede elegir el tipo de combustible que utiliza en su casa u oficina, la ventilación es crucial. Asegúrese de abrir regularmente las ventanas y puertas para que circule el aire fresco y salga el aire contaminado.

Por desgracia, las sugerencias anteriores no siempre son factibles para todo el mundo. Cambiar de tipo de combustible y de electrodomésticos puede no ser su competencia, sobre todo si vive de alquiler.. Además, si puede cambiar de tipo de combustible pero la electricidad que consume procede de combustibles fósiles, seguirá contribuyendo a la contaminación atmosférica. La ventilación no siempre es posible debido a problemas de seguridad, niveles de ruido exterior, temperaturas exteriores extremas o altos niveles de contaminación exterior. Por tanto, su mejor defensa es equipar su casa y su oficina con un purificador de aire.

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Referencias

¹ Whitty, C. (2022, 8 de diciembre). Las estufas de leña 'ecológicas' producen 450 veces más contaminación que la calefacción de gas - informe. The Guardian. Obtenido el 15 de febrero de 2023, del sitio Web: https://www.theguardian.com/environment/2022/dec/08/eco-wood-burners-produce-450-times-more-pollution-than-gas-heating-report.

² Uteuova, A. (2023, 27 de enero). A los inquilinos estadounidenses les preocupan cada vez más las cocinas de gas, y tienen pocas opciones. The Guardian. Obtenido el 15 de febrero de 2023, del sitio Web: https://www.theguardian.com/us-news/2023/jan/27/gas-stove-us-renters-reaction-pollution.

³ Emisiones de contaminantes atmosféricos en el Reino Unido - partículas (PM10 y PM2,5). GOV.UK. (2023, 14 de febrero). Recuperado el 15 de febrero de 2023, de https://www.gov.uk/government/statistics/emissions-of-air-pollutants/emissions-of-air-pollutants-in-the-uk-particulate-matter-pm10-and-pm25

⁴ Peligros del gas natural. Pinedale Gas. (2016). Recuperado el 15 de febrero de 2023, de https://pinedalegas.com/natural-gas/hazards-of-natural-gas

⁵ Impactos medioambientales del gas natural. Unión de Científicos Preocupados. (2014, 19 de junio). Obtenido el 24 de febrero de 2023, del sitio Web: https://www.ucsusa.org/resources/environmental-impacts-natural-gas.